En forma de contracción del músculo, las contracturas de hombro y/o espalda dificultan el estiramiento y hasta impiden el movimiento normal del paciente.
Dolor de cervicales, punzadas en la espalda, bloqueo del hombro, lumbares que protestan al inclinarnos. Las contracturas tienen muchas formas de hacerse notar, desde luego; si bien todas vienen a subrayar entre dolores la importancia de cuidarse más y mejor.
Es importante empezar corrigiendo las malas posturas en el sofá o delante del ordenador, por ejemplo; y continuando por el hecho erróneo de no relajar adecuada y habitualmente los músculos, cargando la zona con la acumulación del peso excesivo, sin ir más lejos, y obligando a la musculatura a que se ponga tensa y, con ello, que se formen las propias contracturas.
¿La buena noticia? Que todo ello se puede llegar a prevenir, como ya se ha comprobado en diferentes estudios que abordan el modo médico de tratar las contracturas musculares, tan solo siguiendo los consejos de abajo. De hecho, ¿sabía que no hay nada mejor que una buena higiene postural para combatir las contracturas de hombro y espalda? O eso dicen los expertos.
Una prevención que también es válida para esquivar el dolor que tanto suele acompañar a estas punzantes molestias. Pero en este artículo le traemos más consejos prácticos y eficaces para aprender a contrarrestar estas dolencias físicas. ¡No se lo pierda!
Hacer pausas durante el uso de pantallas
A la vista de que la sociedad actual pasa cada vez más tiempo ante las pantallas digitales —ya sea la televisión o el móvil o el ordenador—, los pacientes mantienen la cabeza constantemente hacia abajo en una postura antinatural. Por ello, la primera de estas recomendaciones se orienta precisamente hacia esa excesiva exposición; señalando que uno tiende a adelantar e inclinar la cabeza respecto al eje de la columna cuando está ante alguna de esas pantallas.
Y esto es peligroso si se tiene en cuenta que la cabeza representa el nueve por ciento del peso total del cuerpo, aproximadamente, por lo que el no adoptar una buena postura solo contribuye a que los músculos del cuello, hombros y espalda se vayan tensando poco a poco y cada vez más.
¿Solución? Hacer pausas y enderezar los hombros, lo dicho, para así descargar tensiones. Una actitud que también debe adoptarse al leer, por cierto, ya que con esta acción se tiende a bajar la cabeza y, con ello, se suele forzar la posición natural de las cervicales durante mucho rato, lo que causa que uno tensione de nuevo la musculatura del cuello y espalda durante el rato que dure la lectura.
Un cóctel de malos hábitos al que se suma el tener que sostener el libro, revista o Tablet prolongadamente, siendo este un esfuerzo constante que hacen los brazos, por un lado, y que deriva en una tensión extra, por otra parte.
¿Lo mejor? Optar por utilizar un atril si uno va a pasarse mucho tiempo leyendo; incluso viene bien colocar un cojín sobre las piernas, uno, para que el peso del libro descanse en él y no directamente en las piernas o en los brazos; y dos, para así elevar un poco el volumen, haciendo innecesario el inclinarse tanto.
Utilizar almohada para dormir
La importancia de mantener en todo momento una buena postura se hace extensible también llegado el momento de echar una cabezadita en el sofá, tomar la siesta o directamente irse a la cama por la noche para dormir. ¿Y por qué?
De nuevo para intentar evitar que aparezcan molestias en las cervicales y en la espalda. Por eso, usar la almohada adecuada o el cojín correcto es imprescindible no solo porque permite descansar bien la cabeza, que también, sino además porque les da a los músculos del cuello y la espalda la oportunidad de relajarse bien.
Mejor repartir el peso en diversas bolsas
Eso apunta el segundo de estos consejos, señalando que, al hacer la compra, por ejemplo, es mejor repartir el peso en diferentes bolsas en vez de intentar llevarlo todo en un solo bulto. ¿Con qué fin?
Para que el peso esté equilibrado a cada lado, de modo que sea más fácil mantener recta la columna y la espalda, evitando no tener que andar con un hombro más alzado que el otro. Y lo mismo hay que hacer si uno lleva el carrito de la compra, por cierto, optando por empujarlo con ambas manos y no dejar a un solo brazo la tarea de tirar todo el peso.
Evitar las posturas forzadas
La misma línea precavida plantea el tercero de estos consejos contra las contracturas de espalda y hombros, apuntando que, si bien todos esos trabajos que se realizan con los brazos exigen ejercer fuerza con los músculos de la espalda, es preciso intentar evitar las posturas forzadas, ya que habrá más probabilidad de que aparezcan contracturas. ¿Contraoferta? Hacer pausas en el trabajo, para así relajar los músculos.
Del resumen de todos estos consejos se deduce, por tanto, que la mejor forma de eludir las contracturas en hombro y espalda y sus respectivos dolores pasa por adoptar una buena higiene postural, evitar movimientos repetitivos y, cómo no, realizar ejercicios que fortalezcan la musculatura.