Imprescindible para el bienestar del organismo y fundamental para alcanzar un mejor cuidado cardiovascular, el omega-3 es una vitamina única en su especie.

¿Sabía que la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de mortalidad en todo el mundo?

O eso apuntan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuya web oficial recoge que el tabaquismo y la obesidad y la diabetes engrosan los principales factores de riesgo de este tipo de dolencia, junto a los factores hereditarios y el tener una alta presión sanguínea, amén de acumular altos niveles de colesterol y el nulo o poco hábito de practicar deporte con regularidad.

Una prevalencia de las cardiopatías que es importante señalar, no obstante, ya que su aparición está directamente vinculado a una mala salud del corazón; precariedad sanitaria en la que el omega-3 sí tiene mucho que decir y aportar.

¿Pero qué es el omega-3, exactamente?

Es parte de esas grasas que el corazón y los vasos sanguíneos sí agradecen tener, básicamente, tras ingerirse en algunos pescados y vegetales; tanto es así que debe conformar entre el 5 y el 10 por ciento de las calorías totales de una dieta equilibrada, según apuntan desde esta enciclopedia médica.

Presente en suplementos de herbolarios y en acompañamientos farmacológicos de la vitamina E, el omega-3 está catalogado como una grasa poliinsaturada que influye, y mucho, en la fortaleza del corazón, según consenso médico del mundo cardiovascular.

Ahora bien, al igual que ocurre con otras vitaminas y minerales, el cuerpo no puede sintetizar por sí solo este nutriente tan saludable, por lo que se ve obligado a adoptar una actitud pasiva y a recibirlo a través de un régimen alimentario sustancioso que lo contenga en cantidades suficientes.

Tal y como explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC) un consumo diario de omega-3 equivale a ayudar al organismo a mantener en índices normales los niveles del colesterol, siempre y cuando lo ingerido al día sea 250 mg, como mínimo.

A este plus de salud se suman otros beneficios asociados a funciones importantes, como es su capacidad de fortalecer las neuronas, por ejemplo, proteger al corazón contra accidentes cerebrovasculares, mismamente, e incluso mejorar la salud de este órgano en aquellas personas que ya padecen de alguna cardiopatía.

Para esta entidad, el consumo diario de los ácidos grasos del omega-3 ayuda a tener una buena salud cardiovascular, y más si pasa a formar parte de un estilo de vida saludable, lo que a la larga reduce el riesgo de acabar padeciendo enfermedades cardiovasculares.

Y es que estas sustancias nutricionales disminuyen el riesgo de presentar arritmias u otro tipo de latidos cardíacos irregulares, reducen el número de esos triglicéridos que vierten grasa en la sangre, ayudan a bajar un tanto la presión arterial, y hasta disminuye el número y consistencia de las placas, esas sustancias que endurecen y bloquean las arterias con un muro de colesterol, grasa y calcio.

Y pese a que los expertos aún andan investigando todos los posibles beneficios del omega-3 y sus alcances en varios campos de la salud nutricional, se sabe ya que estas grasas saludables son también un buen aliado contra el cáncer y la inflamación, la depresión y el trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA).

Entonces, ¿qué alimentos son ricos en Omega-3?

Seguir una dieta equilibrada con regularidad e incluir en el menú del día pescado azul y marisco, semillas de lino y de chía y aceites vegetales es un modo infalible de obtener unos niveles adecuados de ingesta de omega-3, según el consenso especializado.

Una lista de artículos a probar en la que no deben faltar ni el salmón ni la caballa, como tampoco el atún blanco o las sardinas, las truchas y los boquerones. En la apuesta dietética del omega-3 también figuran las nueces y los aguacates y la avena, la espinaca y la lechuga y demás verduras de hoja verde, así como las ostras y los langostinos y los centollos, el aceite de oliva y el de linaza y las semillas de esta última y, en menor medida, el aceite de canola, soja o de maíz, el tofu y la soya.

¿La buena noticia? Que tanto en las farmacias como en los herbolarios se dispensan ciertos suplementos de omega-3 que, para quienes anden con déficit de este nutriente en su organismo, les vendrá muy bien, dado que los ayuda a alcanzar el mínimo de su ingesta diaria. Soluciones farmacológicas con forma de cápsula, algunos, pero que de cualquier modo esconden una alta concentración del mencionado micronutriente, pudiendo acompañarlos también con la antioxidante vitamina e.

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