Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of the Sciences (PNAS=, ha explicado por qué un adulto sordo no puede recuperar la audición debido a que las células auditivas sensoriales del oído interno no se regeneran tras sufrir daños.

El llamado silencio epigenético tiene lugar cuando los genes clave necesarios para la conversión en células sensoriales y actualmente se ha averiguado que éstas se desactivan.

«Al estudiar cómo se desactivan los genes, empezamos a entender cómo podemos volver a activarlos para regenerar la audición», explica John Duc Nguyen, primer autor de uno de los artículos. Nguyen trabaja ahora en la empresa biotecnológica Genentech y se doctoró en el laboratorio de células madre de la USC de Neil Segil.

En otra averiguación de Emily Xizi Wang, de la empresa biotecnológica Atara Biotheraputics, se han encontrado dos genes específicos que podrían ser útiles para regenera la audición en adultos. Estos son los Sox4 y Sox1 porque son necesarios para formar células auditivas sensoriales durante el desarrollo.

Una forma importante de desactivar o «silenciar» los genes consiste en unos compuestos químicos denominados grupos metilo que se unen al ADN y lo hacen inaccesible. Cuando el ADN que da instrucciones a una célula para convertirse en una célula auditiva sensorial está metilado, la célula no puede acceder a estas instrucciones.

También  confirmaron que la metilación del ADN silencia los genes que promueven la conversión en células auditivas sensoriales, incluido el gen Atoh1, conocido por ser un regulador maestro del desarrollo del oído interno. Una enzima llamada TET puede eliminar los grupos metilo del ADN, invirtiendo así el silenciamiento del gen y restaurando la capacidad de las células de soporte para convertirse en células ciliadas sensoriales. Por consiguiente, cuando los científicos bloquearon la actividad de la TET,  las células de sostén conservaron la metilación de su ADN y, por tanto, no pudieron convertirse en células ciliadas sensoriales en la placa de Petri.

Este hallazgo tiene importantes implicaciones: la pérdida de células auditivas sensoriales podría invertir parcialmente el silenciamiento génico en las células de sostén de las personas con sordera crónica. De ser así, las células de sostén de las personas con sordera crónica podrían estar ya preparadas de forma natural para convertirse en células auditivas sensoriales.

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