Olga Carmona estuvo jugando entre el griterío de medio mundo que al mismo son cantaron el gol. España, campeona. Las chicas del fútbol —esas en las que nadie creyó— se han alzado con el premio, el gran premio de ser las campeonas del mundo ante los ojos de todos los que alguna vez no pensaron que esto pudiera suceder. Y ha sido en Sidney, gracias a su ímprobo esfuerzo y su enorme trabajo. Y sucedió.
Después la jauría empezó y al son de «»Leti, Leti», la mismísima reina de España abanderada y de colorado botaba cantando con las ganadoras y su hija la infanta doña Sofía. Toda España en pie y un estadio a punto de reventar de gozo.. Pero como siempre sucede en esta vida la contradicción de la misma ha hecho que la gran triunfadora, Olga Carmona, tuviese la peor de las noticias: su padre ha muerto hoy también.
Desde las Antípodas el llanto amargo del que pierde parte de su sangre pero debe ser feliz porque es campeona del mundo de fútbol la campeona ha sonreído y le ha dedicado el premio a la madre fallecida de otra compañera sin saber que en ese momento, su padre moría.
El fútbol femenino español cierra 12 meses para el recuerdo con tres títulos mundiales, una Champions y el Europeo de la Sub-19. Jorge Vilda, el seleccionador de fútbol femenino siempre creyó en este momento y tras el sufrimiento, la gran recompensa; esa que nunca se debe perder, acaso la esperanza de ser las mejores.
Y mientras España vibraba la estrella, como ha citado Olga Carmona, resplandecía para siempre y su progenitor se apagaba el mismo día y en el mismo momento de alzarse campeona. ¡Qué puñetera y contradictoria llega a ser la vida!
«Sé que me has dado la fuerza para conseguir algo único. Sé que me has estado viendo esta noche y que estás orgulloso de mí. Descansa en paz, papá».
Carmona hizo el 1-0 en la final del Stadium Australia de Sídney en el minuto 29 que terminó dando a España un histórico primer Mundial femenino.
Qué bonita la vida que da todo de golpe y luego te lo quita, decía Dani Martín. Olga, gracias por tanto. Este día no lo olvidarás; tu padre tampoco y nosotros, lo recordaremos y te recordaremos siempre. Descanse en paz, señor Carmona.