¿Qué es el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico?

0

La vacunación infantil comenzó en diciembre para niños entre 5 y 11 años; pero ¿cómo afecta a aquellos con síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico?

Ninguna vacuna es infalible, y las que combaten al Covid-19 no son la excepción. Cuando el suero se une con otras patologías víricas, el resultado puede ser bastante peliagudo, lo que llama a la precaución e invita a estudiar atentamente el cuadro clínico de una persona antes de pasar a inyectarse.

¿Qué es el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico?

Más conocido por las siglas de su abreviatura, SIMP, el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico es un síndrome infrecuente que suele afectar a niños y adolescentes. Sistémico e inflamatorio y con una expresión clínica variable, este síndrome guarda una estrecha relación con la exposición al virus SARS-CoV-2, con unas causas que aún se desconocen.

El síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico puede afectar a adultos, aunque mantiene una incidencia bastante menor en esta franja de edad. Hay cierta incertidumbre en torno a su patogenia, con algunas características similares al síndrome de Kawasaki, lo que sugiere que tiene asimismo una posible etiología autoinmune y un mecanismo de vasculitis.

A juicio de lo que resumen los estudios, este es un síndrome que acumula una incidencia bastante variable, entre 0,04 y 3,1 por ciento de las infecciones, según estimaciones; prueba de ello fueron los 248 casos en menores de 21 años que entre marzo y mayo del 2021 encontró un estudio realizado en EEUU.

Los investigadores aseguran, asimismo, que existen algunos grupos étnicos que sufren incidencias aún más elevadas, y colectivos con condiciones socioeconómicas desfavorables que acumulan desproporcionadamente este patógeno.

En cualquier caso, buena parte de los casos con síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico se dan tras pasar por una infección leve y asintomática por el SARS-CoV-2, aunque tampoco son extraños los casos surgidos a raíz de una reinfección.

En cuanto al perfil de los afectados, la literatura científica coincide en señalar que este síndrome se genera en niños sin comorbilidad previa, con una edad media que oscila en torno a los 8 y 9 años.

La enfermedad en sí se presenta tras dos seis semanas después de la exposición a la toxina del Coronavirus, con el 65 por ciento de sus casos compuesto por pacientes que necesitan cuidados intensivos. Y aunque no tenga una alta tasa de letalidad, se sabe que su 0,9 por ciento global puede llegar hasta el 9 por ciento en aquellas regiones con recursos limitados.

¿Y qué hay de la vacunación contra el Covid-19?

Si bien no se conocen las causas ni los mecanismos patogénicos involucrados en este síndrome, se sabe que los pacientes cuyo SIMP está asociado al Covid-19 mantienen elevados niveles de anticuerpos contra el virus, aun cuando persiste una incertidumbre sobre su duración y el grado de protección que confieren.

En cuanto a la vacunación, el consenso de especialistas asegura que los sueros anticovid reducen el riesgo de que loa adolescentes sufran un síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico tras contagiarse del coronavirus.

La buena noticia, en este sentido, es que no hay pruebas de que las vacunas de la covid causen el SIMP en aquellas personas que no han tenido previamente una exposición al virus. Pese a ello, existen descripciones en adolescentes y adultos jóvenes sin exposición previa al SARS-CoV-2, personas con un SIMP brotado tras la inoculación. Esta es una relación tan extraña que aún no está establecida, por lo que requiere una cuidadosa valoración.

Por otro lado, la garantía de protección de las vacunas contra el coronavirus en aquellas personas con antecedentes de SIMP son muy limitados; o más bien lo son sus datos de seguridad, llegando a plantearse incluso la opción de que el SIMP reaparezca en pacientes que ya lo han padecido antes.

¿Es recomendable que los pacientes con antecedentes del síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico se vacunen?

La decisión de inocularse frente al coronavirus en aquellos niños y adolescentes con SIMP debe tomarse con individualidad, sopesando los riesgos de exposición al virus, la posibilidad de enfermedad grave y, cómo no, el porcentaje de seguridad y efectividad que la vacunación tendrá en ellos.

Tomando en cuenta en todo momento las diferentes vías de activación con las que cuenta el sistema inmunitario tras la infección natural y tras la vacunación. De llegar a optar por la inyección, esta debe administrarse en una única dosis de vacuna de ARNm autorizada para la edad, siguiendo así lo indicado en la Estrategia de Vacunación Covid.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí