Por César Rojo Costa* para Prensa Social

Ésta es solo una definición de la conciencia que no pretende ser más científica ni mejor que la grandes expertos en la materia, es solo un enfoque posible.

De esta forma la conciencia podría ser un holograma holístico metadimensional con representación secundaria de la realidad, como un rasgo biosemiótico neural y emergente, de la superestuctura resultante de las subestructuras físico-químico-psíquicas cerebrales (neuronas, neurotransmisores y emociones), producida por las vibraciones del campo electromagnético de todas las microconexiones moleculares con neuroplasticidad, lo que ocasiona unos efectos cuánticos en el espacio-tiempo, teniendo la capacidad de simulación predictiva, y que se retroalimenta homeostáticamente de toda la información percibida externa e internamente a lo largo de la vida (incluida la forma sincrónica inconsciente).

Holograma: La holografía es una técnica que mediante un haz de luz coherente y monocromático, generalmente un láser, y a partir de una imagen en dos dimensiones obtiene imágenes tridimensionales conocidas con el nombre de hologramas. En la holografía la información esta distribuida igualmente en toda la película, de tal manera que si una pequeña parte de ella se corta, la escena entera puede observarse todavía a través de esa pequeña porción.

Cada parte del holograma, por pequeña que sea, registra la escena completa aunque vista desde una perspectiva diferente. Es posible que los recuerdos se almacenen en la memoria de forma holográfica. Según Penrose, el sentido del yo que dirige la consciencia resultaría de algo así como una condensación superconductiva o superfluida y ofrecería un tipo de holograma global cuántico, un estado posible de coherencia cuántica.

Holístico: La Holística, es una teoría explicativa que orienta hacia una comprensión contextual de los procesos, de los protagonistas y de sus contextos. La holística se refiere a la manera de ver y captar simultáneamente todos los aspectos que forman las cosas enteras, en su totalidad y en su complejidad, es decir la manera en que todas esas partes se interrelacionan para dar como resultante ese objeto tan original que no puede ser confundido con ningún otro, pues de esta forma se pueden apreciar particularidades y procesos que por lo regular no se perciben si se estudian los aspectos que conforman el todo por separado.

Metadimensional: Literalmente, más allá de las dimensiones físicas espacio-temporales. La consciencia a diferencia de la simple materia física, tiene la capacidad de la bilocación o desdoblamiento, por lo que puede percibirse a sí misma desde el exterior y así autocomprenderse. Además, debe tenerse en cuenta el «principio de incertidumbre» de Heisenberg, donde el observador influye sobre lo observado, de manera que la acción de pensar está influida por algo ajeno a la propia persona.

Representación secundaria: Es una forma de conciencia más sofisticada. En ella interviene un cierto grado de percepción social, de comportamiento grupal y, por tanto, de distinción individual. Es una conciencia de base emocional que tienen muy pocos seres vivos. En el momento en el que somos conscientes de los demás y de nosotros mismos, de manera separada, podemos dar el siguiente paso: tener conciencia de nosotros mismos. Y hay muy pocas especies que tengan consciencia de ellas mismas además de los humanos como son los delfines, las belugas y los simios. Quizá no como hacemos nosotros, en sofisticación, pero se reconocen en un espejo y se distinguen de su entorno, y sufren depresiones.

Los rasgos biosemióticos neurales: Pueden conducirnos a señales o signos que suponen conciencia o a características que comprendan transducción de información y su posterior respuesta consecuente. En lo referente a los signos que provocan información en las máquinas celulares, para trascender el sentido de máquina celular cuando existen signos de percepción tanto de su autoorganización y como de su entorno (emergencia de la conciencia). La consciencia surge y se desarrolla como tal cuando existieron la suficiente mayor complejidad del neocórtex prehomínido y las condiciones necesarias en la evolución filo-onto-epigenética, tales como, el lenguaje, la interacción socio-cultural primimigenia, etc.

Emergente: Los emergentistas buscan comprender la complejidad del universo como una jerarquía de niveles emergentes. Las teorías de la emergencia sincrónica buscan explicar cómo se relacionan entre sí los diversos niveles de organización, como una relación temporal entre los estadios que un sistema atraviesa desde un estadio simple a otro complejo.

En este contexto, la emergencia se identifica con la impredecibilidad: las propiedades emergentes son propiedades de los sistemas complejos que no pueden ser predichas a partir del estado pre-emergente. La impredecibilidad es una propiedad epistemológica, pues no implica indeterminismo.

Las teorías de la emergencia diacrónica hacen su aparición como resultado de la evolución. Se definen en el contexto de las relaciones entre los niveles micro y macro de un sistema. Desde esta perspectiva, la emergencia se identifica con la irreductibilidad conceptual: las propiedades y leyes emergentes son rasgos sistémicos de sistemas complejos gobernadas por leyes irreducibles a las de la física por razones conceptuales (tales patrones macroscópicos no pueden ser aprehendidos por los conceptos y la dinámica de la física).

Greenfield cree que la conciencia es una propiedad emergente del cerebro, similar a la calidad de ‘mojado’ del agua o a la ‘transparencia’ del vidrio, es decir que ha surgido de las acciones de moléculas individuales. Para él, una experiencia de la conciencia ocurre cuando un estímulo – ya sea externo, como una sensación, o interno, como un pensamiento o una memoria – desata una reacción en cadena dentro del cerebro. Al igual que en un terremoto, cada experiencia consciente tiene un epicentro y las ondas de ese epicentro viajan a través del cerebro, reclutando neuronas a su paso.

Campo electromagnético: Las células nerviosas disparan señales eléctricas simultáneamente creando ondas en ese campo, que inducen a otras neuronas a dispararse. El campo electromagnético funciona como una especie de procesador inalámbrico, combinando la información más relevante del «circuito cableado» del cerebro con señales inalámbricas, lo cual es realimentado al cerebro como un pensamiento consciente produciendo «un efecto de campo» (John Joe McFadden).

Neuroplasticidad: Consiste en la capacidad que tiene el cerebro para modificar de manera temporal o permanente los patrones de conexión sináptica para modificar sus rutas de interconexión entre las neuronas cambiando su estructura y función, expandiendo o fortaleciendo circuitos que son utilizados y por aumentar o disminuir aquellos que están involucrados en el proceso.

Dichos cambios pueden traer como consecuencia la modificación del funcionamiento de los circuitos neurales y la forma en como se relacionan los sistemas modales en que se organiza el cerebro. Dicho proceso sucede durante y después de su maduración en procesos como la memoria y el aprendizaje. Unos 100 billones, aproximadamente, de sinapsis en las neuronas que podrían equivaler al doble de bits informáticos

Efectos cuánticos: En la mecánica cuántica el concepto de partícula «muy pequeña» atiende al tamaño en el cual comienzan a notarse efectos como la imposibilidad de conocer con exactitud, arbitraria y simultáneamente, la posición y el momento de una partícula.

Según Hameroff, «la conciencia es un proceso auto-organizado en el nivel fundamental de la geometría del espacio-tiempo einsteiniano, al igual que la realidad misma» A partir de esto, Penrose afirma que la inteligencia humana está más allá de cualquier esquema computacional, por lo que debe de haber algo dentro de los microtúbulos neurales que es diferente de la mera computación, algún fenómeno de coherencia cuántica a gran escala, acoplado de manera sutil al comportamiento macroscópico del cerebro.

Según Eccles, existe evidencia de que diversas actividades mentales (pensamientos, sentimientos, intenciones, etc.), generados internamente, son capaces de actuar sobre las neuronas. Este hecho demuestra que se necesita algo más que un sistema cerrado, puramente material, para explicar estos datos.

Por lo tanto, el comportamiento humano y su conciencia precisan de la existencia de algo extramaterial para dar cuenta de su funcionamiento, es decir una espacie de campo de probabilidad matemático e inmaterial. Aunque, el autor no explica claramente cómo se produce la interacción entre éste y las vesículas presinápticas neuronales. Una interacción física entre dos sistemas distintos implica un intercambio en la energía o en la materia, de modo que, si no existe este intercambio, no habrá interacción. Según la autora Zohar, se basa en una teoría de la conciencia como la Condensación de BoseEinstein y hace hincapié en la característica de unidad de la conciencia para llegar a la conclusión de que ésta se debe a una CBE.

Simulación predictiva: La memoria que utiliza la mente es un proceso que almacena secuencias de patrones jerarquizadas y hace predicciones sobre los patrones que encuentra o espera encontrar. El cerebro no calcula la solución siguiendo una serie de «pasos», sino que simplemente recupera la solución, que ya existe, desde la memoria.

Homeostaticamente: De homeostasis. En física se define como la «capacidad de un sistema físico para sortear perturbaciones». Los seres vivos son sistemas físicos complejos auto organizativos y homeostásicos. Es un proceso por el cual un organismo mantiene las condiciones internas constantes necesarias para la vida pero no en un equilibrio estático sino donde se debe introducir la noción de «bifurcación», para llegar a entender que el restablecimiento del equilibrio va mudando los «niveles» (Margalef). Un mecanismo bio-cibernético (la mente -el bio-feedback), que repercute en el sistema bio-energético (el mecanismo retroactivo-homeostásico -el cuerpo).

Sincrónica: La actividad eléctrica neuronal organizada globalmente, junto con sus interacciones sinápticas, son el mecanismo suficientemente rápido para iniciar o terminar abruptamente la vigilia desde el estado de ensueño. La sincronicidad inconsciente habla el mismo lenguaje simbólico que los sueños. Cuando uno experimenta una sincronicidad, uno está siendo testigo de un cambio dentro de uno mismo, un insight, el nacimiento de algo que ha estado inconsciente y está surgiendo a la conciencia».

*César Rojo Costa es psicólogo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí