El reciente fallecimiento del exfutbolista Pelayo Novo vuelve a poner en el foco la importancia de la salud mental y cómo se tratan sus consecuencias.

El último día de febrero nos iba a deparar una trágica noticia: el exfutbolista asturiano Pelayo Novo, actualmente jugador de tenis en silla de ruedas, y del que ya les habíamos hablado aquí, en Prensa Social, se dejaba la vida en su ciudad natal, Oviedo. Tenía 32 años.

Horas después de su deceso, poco o nada más ha trascendido acerca de los motivos que llevaron a Novo a encontrarse en medio de las vías del tren en La Corredoria, en el tramo que unía a la línea ferroviaria con otra localidad astur, Siero.

Estación de tren de Navalperal de Pinares (Ávila).
© Adif

El suicidio es el último grito de desesperación en vida

Una partida rodeada de incógnitas

Sea como fuere, Pelayo ya no está. Deja viuda, hace menos de un año que contrajo matrimonio con su actual pareja y una sensación de duelo repartida en todos los que lo conocían; así como en todas las ciudades donde ejerció como futbolista antes del accidente que sufrió precipitándose desde un tercer piso cuando militaba en las filas del Albacete Balompié. Sucedió en el hotel de concentración de su equipo, antes de la disputa del partido contra la SD Huesca. Era el 31 de marzo de 2018.

Pelayo Novo entrenando en Albacete. © CT Albacete

Pelayo Novo había cambiado de deporte tras su accidente y actualmente era jugador profesional de tenis en silla de ruedas, disputando torneos y campeonatos a buen nivel

Iván Álvarez Pericón, la última víctima mortal conocida en Asturias

El caso de Pelayo Novo, hace inevitable pensar en Iván Álvarez, un compañero que la persona que escribe estas líneas tuvo la fortuna de conocer, que el pasado día 11 de mayo de 2022 nos dejaba a los 30 años tras aparecer sin vida también en Asturias. Lo hizo en el mar, junto a la playa de San Cristobal. El dolor se instauró y el vacío apareció amparado en tres palabras: suicidio y salud mental, un tema en el que el propio Novo incidía hace escaso año y medio:

Iván Álvarez. © El Comercio.

«El aspecto mental es fundamental, he tenido que ir al psicólogo tratando de hacer el proceso lo más natural posible para tener la cabeza despejada y ahora tengo la suerte de que he montado con mi pareja una peluquería canina en Oviedo y he decidido formarme en administración y finanzas y también trato de ayudar a la Junta Directiva de la Federación de tenis de Asturias», confesó Pelayo Novo en septiembre de 2021

¿Hacemos los medios de comunicación lo suficiente para visibilizar el suicidio?

Todo esto nos lleva a una interesante reflexión: ¿hacemos los medios de comunicación lo suficiente para evitar el suicidio? La respuesta no está clara.

La palabra se suele obviar, dejando a aquellos que se han ido en un limbo que no es del todo justo. La privacidad y el respeto ampara al silencio en un tema escabroso que cada año se lleva a cientos de jóvenes por delante. ¿Por qué no decirlo? ¿Por qué no hablar de ello con naturalidad y ejercer una responsabilidad social como profesionales? Quizá así consigamos normalizar que el suicidio existe y que entre todos podemos detener un dolor tan grande que con el fallecimiento de Novo vuelve a resquebrajarnos por dentro. Iván se lo merecía y si Pelayo ha decidido irse voluntariamente de forma anticipada, también.

¿Por qué no decirlo? ¿Por qué no hablar del suicidio con naturalidad y ejercer una responsabilidad social como profesionales? Quizá así consigamos normalizar que el suicidio existe

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