Con paso quedo y voz calma, determinado y sabio, socarrón e ilusionado, , algo sorprendido y algo perplejo, va Héctor Alterio y llena el escenario con su mirada y su saludo.

Maravillado, como si adivinase el parpadeo de luces que a lo lejos aún le deslumbran inicia un tango consigo mismo cuya letra le ha escrito Ángela Bacaicoa y cuya música ha concedido Juan Esteban Cuacci.

Vehemente y aguerrido , Alterio no duda en brindar a Cátulo Castillo y a León Felipe cada verso con el que invoca su memoria sentimental, con el que evoca los pasados que vivió otro y ese Héctor que ya no es.

Y es que Alterio está aquí, y está ahora; más sabio, pero no más cínico, con más vivencias pero no con menos inocencia, más escaldado pero no menos gato, más viejos, quizás, pero no menos diablo.

Y a veces truhán y a veces señor, a veces Carlos y a veces Gardel, a veces embustero y a veces bailarín, a veces pícaro y a veces caballero, se cuenta y se recuenta, canta y vacila, afirma y tatarea, parpadea y declama, disfruta y hace disfrutar mientras entona, sincero y candoroso, un salmo tan solemne como descarado, un salmo que tiene que durar hasta que lo retome a la vuelta.

Hasta entonces, gracias Héctor, de todo corazón.   

Teatro del Barrio (Madrid). Consultar cartelera

Ficha artística

Autoría: Ángela Bacaicoa
Dirección: Ángela Bacaicoa
Interpretación: Héctor Alterio, y al piano, Juan Esteban Cuacci

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí