Con calma y sorna, con minucia y bonhomía, con muerte y con talones, con tópico y típico, con gabardina y saxo, con distancia y empatía Pablo Rosal se vuelve detective para relatar y relatarse, para flexionar, reflexionar y reflexionarse.

Rosal convoca todos los rasgos y señas de identidad de la novela policial a su relato para montarlos y desmontarlos con la única finalidad de descolocarlos y volverlos a poner en un orden que adquiere un nuevo sentido, como un Cubo de Rubik recién nacido con cada uno de sus palabras.

Como Un Quijote que deshace los libros de caballerías para convertirse, dejando de serlo, en el mayor de los caballeros andantes que vieron los siglos, Rosal medita sobre el poder de la existencia que refrenda el poder de la nada, sobre la soledad y sus circunstancias, sobre los corsés y los comportamientos adquiridos y heredados, sobre el deseo de reconocimiento y el anhelo en cada pisada, sobre la embriaguez de ser el dueño del viento y el mar, de la vida y de la muerte.

Y mientras, perplejo y fascinado, el público queda prendido de cada frase, de cada palabra, de cada sílaba y de los significados que pudieran (o tal vez no) encerrar, para deducirlos, acorralarlos y revelarlos, como en una novela policiaca. 

Teatro de La Abadía, hasta el 23 de abril. De martes a sábado a las 20 horas. Domingos, a las 19:30 horas

Ficha artística

Reparto

Pablo Rosal

Autoría e interpretación: Pablo Rosal
Dirección: Ferran Dordal i Lalueza
Fotografía: Noemí Elias Bascuñana

Concepto escénico y diseño de vestuario: Sílvia Delagneau
Diseño de escenografía: Maria Alejandre
Espacio sonoro y música: Clara Aguilar y Pau Matas
Diseño de iluminación: Mingo Albir
Ayudantía de dirección: Mònica Almirall

Equipo de realización de fotografías:

Dirección artística: Maria Alejandre
Asistente dirección artística: Oriol Duran
Gráfica: Pablo Shenkel
Colaboración especial: Josep Maria Gassó

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