Teatro: «La política», de Patricia Benedicto

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Hace apenas cuatro siglos largos, Baltasar Gracián —escritor brillante, cortesano escurridizo, inteligente con prudencia— llevó a imprenta El héroe y El político, dos libros que dejan al celebérrimo El Príncipe a la altura de un manual de buenas costumbres y a Maquiavelo a la de un boy scout bien intencionado.

En los citados tratados escritos a conciencia y sazonados con socarronería convulsa, cinismo saludable y estilo implacable a mayor gloria de Fernando el Católico, Gracián razona sobre las claves del poder que residen en hechizar a los súbditos en base al —más que probado y demostrado— modelo de la Iglesia católica para propagar su fe a partir del uso y abuso de la credulidad (a lo que se ve, inacabable) de sus fieles.

Patricia Benedicto toma carrerilla y empapada de Gracián y de inspiración escribe un texto preciso, suculento y honrado que expone en una dramaturgia arrebatada, descarnada  y visceral en la que una política comparece en sus cuarteles de invierno para explicar y explicarse antes sus siervos a los que tacha, despectivamente, de votantes y agravia con el mote de ciudadanos.

Y entonces se hace carne Elena Pascual como una lideresa comprada en la Teletienda, como una Cruella de Ville low cost, como una Bernarda Alba en jarras y chancletas: derrama verdades en cascada, vomita  desprecios en tropel y escupe evidencias a cascoporro.

Y es que Elena Pascual, la política teme perder el poder y, de paso, pierde las formas, la paciencia y las formas mientras sufre un arrebato entre la rabieta y el capricho, entre la pataleta y el desafuero, entre la epilepsia  y el soponcio mientras cuenta con todo el desprecio y sinceridad de que es capaz, el olor de las cloacas del poder, la embriaguez del mando, las manipulaciones obvias y las soterradas, las palabras maleadas, las promesas desdeñadas, su desdén genético y los prejuicios eternos.

Y mientras; astuta y servil, irónica y cautelosa, superviviente y silenciosa Laura Lorenzo hace, con comicidad busterkeatoniana el papel de testigo , notario  y oveja como ese entelequia que nos llamamos pueblo que aún no sabemos (ni hacemos por saber) que somos un gran títere de guante, un enorme pollo sin cabeza y un fabuloso palmero que, orgullosos y altivos, no dejamos de corear y aclamar, entre papeleta y papeleta, a la política que hemos parido entre todos y todas. 

Nave 73 (Madrid): sábados y domingos a las 19 horas

Ficha artística

Reparto


LA POLÍTICA – Elena Corral
SIRVIENTA – Laura Lorenzo

Dramaturgia
Patricia Benedicto
(Inspirada en El Político y El Héroe de Baltasar Gracián)

Dirección
Patricia Benedicto

Vestuario y espacio escénico
La trapecista autómata

Diseño de luces Roberto Cerdá

Producción La trapecista autómata

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