Nada ingrávida y más sutil de lo que pudiera parecer flota Cristina Medina, pletórica de ingenio y ganas de cantarle a gritos las verdades del barquero a quien haga falta; y para ello ha construido junto a Remedios Crespo (que es quien lleva las riendas de la función) un saludable y brillante trampantojo.
Medina guisa y el público come su exquisito potaje que se va cociendo al chupchup con coplas y carreras, con chascarrillos y heridas, con descaros y desplantes, con rabias y con hartazgos.
Supervitaminada y mineralizada, Cristina Medina —toda requetefina, toda medio chiflada, toda casi divina, toda disparatada— agarra a los títeres para arrancarles la cabeza, se vuelve más fuerte que la gravedad y habla como una Zaratustra en jarras, deslenguada, insolente y cañí.
Con la paciencia en la reserva, con la conformidad por los suelos, con las ojeras violáceas, Cristina Medina, cavernícola y platónica, ya no soporta sandeces, admite lunas oscuras ni tolera tontos a la una, tontos a las dos o tontos a las tres, así que en cuanto ve uno que escurre el bulto y va de listo, le señala y desenmascara, metiendo el dedo hasta el puño en cada llaga para que no queden.
Dicen que dice Tina que no nos hace falta otro héroe. Cierto, pero no lo es menos cierto que se cantó antes de ver esta arrolladora función que revela la identidad secreta de esa Súper Nadie, tan alunizada como alucinada, que se llama Medina. Cristina Medina.
Con K de Lunátika.
Teatro del Barrio hasta el 13 de noviembre a las 19.30 horas. Domingo a las 18 horas.
Ficha artística
Autoría: Cristina Medina y Remedios Crespo
Dirección: Remedios Crespo
Interpretación: Cristina Medina
Dirección de producción: Lola Alonso
Producción ejecutiva: Cristina Medina
Iluminación: Rafael Gómez
Escenografía: Pablo Gil Espino
Diseño de Sonido: Jesús Chávez Y Luis Navarrp
Vestuario: Chari Caballero y Lola García
Distribución: Elena Carrascal Impulso * Distribución
