El testamento vital, también conocido como voluntades anticipadas, es un documento legal en el que la persona deja constancia sobre cómo quiere ser cuidada y atendida, por si en algún momento el estado de salud le impide expresarlo personalmente.
Por consiguiente, se trata de planificar el final de su vida.
En España, 280.000 personas mayores de edad han formalizado este documento, según los últimos datos del Registro Nacional de Instrucciones Previas del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Y un dato reseñable: el 53 por ciento de los firmantes de este documento son mayores de 65 años.
El objetivo del testamento vital es que se cumplan siempre los deseos de la persona en situaciones concretas como, por ejemplo, en el caso de que esta no pueda expresar su opinión y exista desacuerdo entre sus familiares sobre una intervención concreta. El representante se encargará de que se respete lo que la persona dejó indicado.
El documento también recoge otros aspectos relativos a la donación de órganos y la opción de indicaciones sobre el funeral y entierro.
«No obstante, mientras conserve su capacidad y posibilidad de expresarse, prevalecerá la voluntad de la persona sobre lo escrito en el documento», subrayan desde la Fundación Edad & Vida.
¿Cómo se hace el testamento vital?
Este documento se puede registrar ante notario mediante un acta, o con testigos. Además, es preciso que se firme en el Registro de Voluntades Anticipadas de los departamentos de sanidad de la región. De esta manera, los profesionales sanitarios tendrán acceso y podrán comprobar sus deseos asistenciales y voluntades.
El testamento vital varía según la comunidad autónoma de residencia, pero existe un registro estatal que los sincroniza todos, para que estén disponibles en cualquier centro médico del país.
La Fundación Edad & Vida ha publicado una guía con información detallada. Si desea descargarla, puede hacerlo en el siguiente sitio web.