Por alergia o resfriado, bronquitis o neumonía, la tos seca es muy molesta y está sujeta a muchos factores. ¿Lo bueno? Que casi siempre se puede remediar.

Síntoma presente en los trastornos del pulmón y/o en las vías respiratorias, la tos tiene sus propias causas y consecuencias, sus niveles y gravedades; tanto así que puede llegar a ser preocupante; con todo, también suma algunos beneficios y puede quitarse de muchas formas.

¿Qué es la tos?

En forma de una fuerte y repentina expulsión del aire en los pulmones, la tos puede ser voluntaria o espontánea; y tiene sus propias funciones que benefician a la salud del organismo, como proteger a los pulmones contra las partículas inhaladas, despejar la garganta, limpiar el organismo, facilitar la expulsión de secreciones del árbol traqueobronquial, resguardar la vía aérea, o eliminar del cuerpo a las partículas extrañas o al material nocivo que se ha colado en las vías respiratorias.

Es casi indiscutible que la tos es molesta e incómoda, ciertamente, sobre todo cuando es tos seca. Un panorama que desmejora cuando la tos no se cura y, peor aún, se agrava en el tiempo y se convierte en crónica, perdiendo en cada convulsión su función protectora.

Tal y como aclaró el coordinador del semFYC, el Grupo de Trabajo de Enfermedades Respiratorias de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el doctor Jesús Molina París, la tos puede llegar a ser perjudicial para quien la sufre; de ahí la importancia de distinguir qué tipo de tos se padece, en una clasificación que depende de la duración en sí de esta expectoración, al mismo tiempo que plantea unas causas que también son muy variables.

De esta forma, se habla de tos aguda cuando la tos no sobrepasa las cuatro semanas; subaguda si se mantiene durante ocho semanas; y de crónica cuando llega más allá de los dos meses, siendo recomendable, por cierto, acudir al médico si se da este supuesto.

Ahora bien ¿qué causa la tos seca?

Según consenso de los especialistas, tanto la gripe como los resfriados figuran entre las variantes más habituales que suscitan la carraspera, si bien es cierto que «también pueden provocarla bacterias, polvo, pólenes u otras sustancias que irritan las terminaciones nerviosas en las vías respiratorias entre la garganta y los pulmones», en palabras de Molina París, quien añade asimismo que incluso pueden darse «problemas de salud importantes que debutan con este síntoma».

En opinión de este facultativo, «la causa más frecuente es el tabaco en pacientes fumadores», al menos en casos de la tos seca ya crónica. Una lista de provocadores al que también se suma «el asma, la EPOC, el goteo nasal posterior (por afectación rinosinusal), el reflujo gastroesofágico o la toma de inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECAS) para el tratamiento de la hipertensión arterial».

Entonces, ¿cómo se puede aliviar los síntomas de la tos seca?

Aunque acudir a la farmacia y pedir un jarabe no es nada descabellado, siendo esta reacción la que más se repite y la que más se toma entre los pacientes, de hecho, lo cierto es que hay otros remedios paliativos contra la tos seca.

«También hay expectorantes, descongestionantes, antihistamínicos, codeína y remedios alternativos», tal y como enumera el coordinador Molina París, quien añade, sin embargo, que tales fármacos ni siquiera son necesarios muchas veces, «pues los cuadros víricos son autolimitados».

En el campo de remedios caseros contra la tos seca, las alternativas planteadas son muy variadas, la verdad. Hablamos de opciones como recurrir a comer miel para suavizar la garganta irritada, por ejemplo, incluyendo este ingrediente en los gargarismos con limón; tomar jengibre y/o mentol, darse baños calientes o de vahos, ingerir regaliz, o colocar cebolla en la mesilla de noche al ir a dormir; amén, cómo no, de mezclar varios tés y plantas en una sola infusión.

¿Sabía que consumir chocolate también puede aliviar la tos seca?

Gracias a la teobromina, según Molina, uno de los ingredientes de este producto. En palabras de este facultativo, la teobromina «actúa sobre el nervio vago, implicado en el reflejo de la tos».

Otro de los remedios tradicionales contra la tos seca que prescribe este médico es la sopa de pollo, «defendida como antiinflamatorio por investigadores de la Universidad de Nebraska», y esgrimida como una solución casera capaz de aliviar los síntomas, inicialmente, si bien es cierto que su eficacia no está demostrada científicamente.

La última de sus recomendaciones para paliar la tos seca consiste en tomar analgésicos, al menos para ahuyentar a los síntomas que suelen acompañar a la expectoración típica de los procesos víricos, nombrando en este punto al paracetamol y a la aspirina y al ibuprofeno como los mejores aliados; y matizando eso sí que tales fármacos alivian la tos seca, pero no la tratan ni remedian; toda una paradoja que es el debate central de muchas discusiones médicas, dicho sea de paso.

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