Implantado en un hospital valenciano un estimulador medular contra el dolor crónico

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Considerado dolor crónico cuando éste se prolonga en varios periodos, el estimulador medular se ciñe a su tarea de descargar pequeños impulsos eléctricos.

El Hospital Clínico Universitario de Valencia se ha convertido en el primer centro público de toda España en implantar un tipo de estimulador medular, óptimo para lidiar con el dolor crónico; sí, ese que dura tres meses, mínimo, y con el que tantas y tantas personas conviven diariamente, llegando a interrumpir sus planes, qué remedio, y a condicionar las más de las veces sus quehaceres y demás actividades.

¿Qué es el dolor crónico y cómo este nuevo dispositivo rompe los moldes de la estimulación medular?

Se entiende por dolor crónico a ese sufrimiento largamente soportado que llega a dañar semanas y meses, manteniéndose sin mejora, e incluso resistiéndose inmunemente a tratamientos, medicaciones y sesiones de fisioterapia.

Un estimulador medular es, por su parte, un dispositivo especial que se implanta en el nervio periférico; una herramienta muy utilizada y recurrente en la rama de la medicina del dolor.

Mediante pequeños impulsos eléctricos, el estimulador medular dependen de pequeños cables eléctricos para su correcto funcionamiento y eficacia, si bien éstos deben estar colocados en cualquier nervio periférico o en la parte posterior de la propia médula espinal.

Tal y como explicó en una entrevista radiofónica el Jefe del Servicio de Anestesiología y la unidad del dolor del citado hospital, Carlos Tornero, se trata de un dispositivo capaz de brindarle a los pacientes con dolor severo la posibilidad de poder tener una mejora en su calidad de vida, y hacer lo mismo en la funcionalidad de aquellos que en vano se someten a diversas técnicas sin llegar nunca a encontrar alivio.

De hecho, el estimulador medular en cuestión del que hoy hablamos se implantó en una persona que cumplía perfectamente con estas características clínicas; es decir, que era un paciente al que anteriormente ya se le había tratado con múltiples analgésicos, para nada, amén de haber probado técnicas intervencionistas del dolor, que en su caso resultaron ser ineficaces.

Según ha contado Tornero, el paciente tenía dolor insoportable a diario, lo que a su vez limitaba bastante su calidad de vida.

¿Qué distingue a este dispositivo de sus pares?

Hablamos de una herramienta médica que analiza las respuestas y reacciones del paciente a la estimulación medular, a fin de poder ajustar la dosis de estimulación en cada momento del día, tomando como márgenes de su movilidad las diferentes necesidades del paciente.

¿Traducción? Que entre las ventajas de este nuevo estimulador medular figura su capacidad de adaptar su tonificación eléctrica a las necesidades reales del paciente, amoldarse a los movimientos que realiza, y adecuarse a todas las posturas que vaya tomando.

«El paciente nota el alivio del dolor de forma prácticamente inmediata», explicó al respecto Tornero. «De hecho, a las 24 horas se vuelve a valorar al paciente para ajustar las dosis de estimulación que requiere. Todos los ajustes posteriores a la cirugía se realizan por telemetría, sin necesidad de volver a intervenir al paciente».

Este estimulador medular se implanta en el espacio epidural en una visita al quirófano de no más de 90 minutos, con un procedimiento de sedación ligera e infiltración acompañado de anestesia local, lo cual suele exigir una estancia de entre 6 y 8 horas.

Al avance sanitario que simboliza este estimulador medular se suman asimismo las numerosas y diversas asistencias que pueblan la profesionalidad del Hospital Clínico a la hora de tratar el dolor crónico, desde el equipo multidisciplinar, hasta el empleo y aplicación de fisioterapeutas y psicólogos, traumatólogos y reumatólogos. Todos los especialistas que sean necesarios para involucrarse en la lucha contra el dolor crónico.

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