
Lamentáblet
Tiempos modernos, habrá que actualizarse:
el onanismo en papel no va a ninguna parte:
obsolescencia pajeada penosamente ejecutada:
ya sólo se me empina con la pantalla retina.
Las revistas ya no me hacen efecto;
sólo las pelis me la ponen de cemento.
Las revistas ya no me hacen efecto;
sólo las pelis me la ponen de cemento.
¡Lamentáblet, lamentáblet, lamentáblet, lamentáblet!
Tiempos modernos, habrá que actualizarse:
el onanismo en papel no va a ninguna parte:
obsolescencia pajeada penosamente ejecutada:
ya sólo se me empina con la pantalla retina.
Las revistas ya no me hacen efecto;
sólo las pelis me la ponen de cemento.
Las revistas ya no me hacen efecto;
sólo las pelis me la ponen de cemento.
¡Lamentáblet, lamentáblet, lamentáblet, lamentáblet!
—Papa, papa, oye, papa…
Papa, papa, oye, papa…
Papa, papa, ¿qué le pasa al ipad?
—Que lo he cogido para estudiar.
—Papa, papa: está estropeado,
están pegados la pantalla y el teclado.
¡Lamentáblet, lamentáblet, lamentáblet, lamentáblet…!
Lendakaris Muertos, de su poemario Podrán cortar la droga, pero no la primavera (2017).