A veces tengo ganas de ser cursi
para decir: le amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonta
para gritar: ¡Le quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser niña
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerta
para sentir,
bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor
rompiéndome el pecho,
una flor, y decir:
Esta flor, para usted.
Nicolás Guillén