Viruela del mono: los expertos pronostican su futuro

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Virus de la monkeypox o viruela del mono, imagen cortesía Freepik.

Cambio, evolución, variedad. Tal es la esencia de todo virus, adaptarse para sobrevivir, sobrevivir para perdurar; y la viruela del mono no es una excepción.

Mientras el virus Monkeypox muta hacia nuevas cepas de la viruela del mono, la ciencia sigue con sus pronósticos, con los investigadores monitoreando la situación e intentando prever el significado y las consecuencias que tendrá el actual brote mundial.

Una viruela del mono que cada vez más avanza hacia el control epidemiológico

Hablamos de una enfermedad que demanda una vigilancia epidemiológica más potenciada, tal y como ha insistido recientemente la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) en su último comunicado sobre esta amenaza a la salud.

A juicio de los expertos de la entidad, el virus del simio también requiere hacerse con una efectiva estrategia de prevención, necesariamente, y contar con un mejor control de trasmisión.

Entre tanto, el actual brote se acerca cada vez más al control epidemiológico, tanto por la vacuna como por las medidas de prevención y control, a juzgar por lo que ha declarado la entidad, la cual, por cierto, ha actualizado su guía sobre la viruela del mono, añadiéndole las últimas recomendaciones en materia de vacunación con la administración del Invanex, el que actualmente se está inyectando.

Para dicha sociedad, «si se siguen las recomendaciones basadas en la evidencia científica podrá llegar a controlarse» este nuevo brote de viruela del mono, razón por la que la versión más reciente de su guía recoge las últimas recomendaciones prescritas desde la Agencia Europea del Medicamento respecto a la inoculación de esta enfermedad.

Una campaña de protección que, por cierto, demanda el uso de una porción subcutánea de 0,5 ml para mujeres embarazadas, pacientes inmunodeprimidos y menores de 18 años, así como una dosis intradérmica de 0,1 ml para mayores de dicha franja de edad; debiendo aplicarse lo antes posible en ambos casos, durante los primeros cuatro días tras el primer contacto estrecho, preferiblemente, si bien puede demorarse hasta los 14 días.

Según recoge sanidad en su pauta de vacunación, postura de la que la SEE se ha hecho eco, el segundo pinchazo contra la viruela del mono se administrará cuando el departamento de Darias haya hecho acopio de un mayor número de vacunas. La excepción a esta regla es el grupo de los inmunodeprimidos, por supuesto, a quienes está previsto administrarles la pauta completa; es decir, dos dosis separadas en un intervalo de 28 días, como mínimo.

Un paréntesis de prioridad vacunal destinado también a esas personas que no han recibido con anterioridad una protección frente a la viruela, e igualmente a aquellos que hayan presentado alguna infección de transmisión sexual en el último mes, acudan a lugares específicos para practicar sexo en grupo, hayan tenido diez o más intercambio de parejas sexuales en el último año, o siquiera más de tres en el último trimestre.

Y es que, en opinión de la SEE, el estado actual de la viruela del mono necesita una vigilancia epidemiológica, una prevención y un control de trasmisión; algo con lo que ha concordado punto por punto SESPAS, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, especialmente en los colectivos más implicados.

Por ahora, la viruela del mono lleva notificados en España 7.219 casos desde su aparición (oficial y registrada) en mayo de 2022, según los últimos datos de Sanidad.

Una transmisión extendida por todas las comunidades autónomas del país, habiendo 7.070 hombres infectados y 149 mujeres, una tasa global de hospitalización estabilizada en el 3,5 por ciento, y una edad de contagiados que inicia a los 7 meses y termina a los 88 años, con una media fija entre los 31 y 44 años, principalmente.

¿Cuáles son las estrategias mutacionales de Monkeypox?

Por su parte, y tras secuenciar muestras recolectadas del virus de la viruela del mono hace unos meses en algunos infectados, investigadores del Departamento de Salud de Minnesota en St. Paul, en Estados Unidos, descubrieron que faltaba una gran parte del genoma del virus, comprobando además que, durante la secuencia, otra parte se había movido a un lugar completamente diferente.

«Estas mutaciones son un claro recordatorio de que incluso los poxvirus, que son virus de ADN que tienden a evolucionar más lentamente que los virus de ARN, como el coronavirus SARS-CoV-2, cambiarán con el tiempo», tal y como adujo Elliot Lefkowitz, virólogo computacional de la Universidad de Alabama en Birmingham. «Y cuanto más se transmita el virus de la viruela del simio entre humanos más oportunidades tendrá de evolucionar».

Unas eliminaciones y reordenamientos del virus de Monkeypox que también encontró el equipo de científicos liderado por Crystal Gigante, doctora y microbióloga de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, en Atlanta, en un puñado de otros genomas de viruela del simio recogidos en el mismo país.

O eso atestiguan en un informe publicado en el servidor de preimpresión bioRxiv del 17 de septiembre, si bien aún no ha sido revisado por pares. ¿Qué es lo más llamativo de esta revelación?

«En algunos casos, genes completos habían desaparecido: faltaba un tramo de aproximadamente el 7% del genoma en una muestra de una persona infectada en Florida», y así lo indicó Lefkowitz, añadiendo eso sí que «es demasiado pronto para decir si las mutaciones son beneficiosas, neutrales o dañinas para el virus».

A juicio de este experto, un aumento en la cantidad de muestras de virus con estas mutaciones significaría una señal de que están ayudando a que el virus se propague, probablemente.

Con todo, predecir cómo cambiará el comportamiento del virus de la viruela del mono conforme va alterándose mutación a mutación es difícil, especialmente porque los investigadores no han caracterizado la función que tienen muchos de estos genes en el gran genoma del patógeno.

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