El cerebro es un órgano del cuerpo humano que debe ser alimentado con mimo y cuidado debidamente, desde luego; y en esta liza entra el papel de la vitamina B6.

Después de ver que la vitamina B se encuentra entre las sustancias mejor posicionadas y más prioritarias en la pirámide de alimentos saludables, y de constatar que su variante energético, la vitamina B12, constituye un buen chute de brío al cuerpo, es hora de hablar de otro vitamínico de la misma familia nutricional; nos referimos a la vitamina B6, cómo no, cuyo aporte en el bienestar del organismo es innegable; tanto es así, incluso, que tomarla es trabajar al cien por cien por el cerebro.

¿Para qué sirve la vitamina B6 y cómo beneficia a la salud?

Cabe recordar, antes que nada, que mientras el complejo de las vitaminas en general presenta a estas como sustancias de las que el cuerpo echa mano para crecer con normalidad y sin dificultades, las categorizadas en el grupo B se dedican más concretamente a ayudar al cuerpo en su proceso de obtención de energía, recurriendo para ello a los alimentos que uno consume, especialmente esos que rebosan proteínas.

De esta manera, mientras las vitaminas B son esenciales en la formación de los glóbulos rojos, justo los encargados de transportar en adecuado nivel el oxígeno a los tejidos del cuerpo, la carencia específica de la vitamina B6 acarrea consecuencias negativas para la salud.

¿Un ejemplo concreto de todo ello?

La aparición de anemia y de grietas en las comisuras de los labios, mismamente, confusión y depresión y otras enfermedades relacionadas con un debilitado sistema inmunitario, sin ir más lejos, así como el sentir debilidad e insomnio, manifestar irritabilidad y/o un picor o inflamación de la lengua.

Una carencia que, en suma, causa al mismo tiempo una deficiencias en otras vitaminas como B12 y B9, también llamado ácido fólico, por cierto; lo que a su vez trae otra ristra de problemas sanitarios. ¿Cómo salir de dudas, en cualquier caso? Acudiendo al médico, básicamente, a fin de que realice un análisis de sangre que confirme si todo está correcto o revele posibles problemas.

Encuadrada en el complejo de las vitaminas del grupo B y también llamada piridoxina, es justo decir que la vitamina B6 posee ciertas propiedades y funciones cuyos efectos se dejan sentir en el normal desarrollo cerebral de una persona, por un lado, así como en la tarea orgánica de mantener saludable tanto al sistema inmunitario como al sistema nervioso de un ser humano, por otra parte.

Así, aunque es cierto que una dieta variada, saludable y equilibrada proporciona suficiente vitamina B6 al cuerpo, al menos para la mayoría de las personas, tanto el fumar con regularidad como el consumir alcohol de forma crónica puede contribuir a la destrucción y pérdida de este vitamínico en cuestión.

Ahora bien, ¿cuál es la cantidad diaria y recomendable de vitamina B6?

Según apuntan en esta clínica médica, la media aconsejable ronda los 50 miligramos para adultos y se convierte en 1,3 en el caso de los jóvenes. Cifras que traspasados los 50 años ascienden a 1,5 miligramos y a 1,7 para mujeres y hombres, respectivamente.

En cualquier caso, tomar cantidades excesivas de vitamina B6 siempre es seguro, según consenso médico, al menos si el modo de adquirirlos es a través de la comida, y no tanto mediante los suplementos.

En este sentido, los expertos sostienen que tanto la dieta mediterránea como las numerosas horas de sol que suele bañar al país son dos «elementos favorecedores» que suscitan la llegada de la vitamina B6 al organismo, si bien ello no significa que uno no deba andar con cuidado y prestar atención por si se produce cualquier déficit.

Existen, de hecho, ciertos colectivos poblacionales que necesitan tomar un suplemento de este vitamínico para beneficiarse de sus ventajas nutricionales, y ese es el caso de quienes sufren síndromes de mala absorción, alguna enfermedad renal y otras afecciones de la misma talla.

Una lista de susceptibilidad en la que también figuran los niños pequeños y las personas mayores, dicho sea de paso, así como las mujeres embarazadas o lactantes, cuyas necesidades de vitaminas están disparadas, y los jóvenes que andan por la adolescencia, en los que es habitual una carencia de vitamina B6.

¿Cuál es la solución para ellos?

Una dieta más equilibrada y un auxilio de suplementos, si fuera preciso; y más aún si se tiene en cuenta que esta proteína ayuda al desarrollo de la mente, sí, pero también refuerza el sistema inmunitario, gracias a que produce anticuerpos, tan necesario llegado el momento de combatir a todos esos virus y a todas esas infecciones que se cuelan en el organismo.

Entonces ¿cuáles son los alimentos que más vitamina B6 contienen?

Echando mano del Manual de Nutrición y Dietética de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y tal y como explican desde el CGCOF, el Consejo General de Farmacéuticos, «las vitaminas y los minerales se encuentran en muchos alimentos que forman parte de nuestra tradición culinaria; como los vegetales crudos, las frutas y la leche, la mantequilla y sus derivados, la carne, el pescado, los huevos, las legumbres y los aceites vegetales».

Una lista de productos en la que, ya entrando en detalles, figuran el pescado y el pollo, principalmente, aunque lo cierto es que los huevos y la carne de res y los productos lácteos son igual de recurrentes; y lo mismo puede decirse de los frijoles y de los vegetales de hojas verdes, claro está, amén de algunos cereales y panes a los que se les ha añadido este vitamínico en cuestión, desde luego.

Por lo que sí, la opinión de los especialistas coincide en que no hay nada mejor como recurrir a las fuentes alimentarias que más la rebosan para ahuyentar este peligroso déficit, véase el pescado y las patatas, la carne de aves y los garbanzos, las bananas y los cereales fortificados… sin olvidar esas cápsulas o comprimidos o líquidos con esencia de suplementos, por supuesto.

Según aseveraciones de los especialistas del CGCOF, «el 30 por ciento de la vitamina ingerida procede de verduras y hortalizas», al menos en el caso de España; «el 25 por ciento de carnes; el 13 por ciento de cereales; el 13 por ciento de frutas y el 10 por ciento de lácteos».

Cabe añadir, por último, que el manual dietético antes citado de la UCM detalla que las sardinas y el atún y el salmón también son alimentos que brindan mucha vitamina B6 al organismo, así como el aguacate y la carne de cerdo, el plátano y las lentejas y las judías blancas.

¿Cuál es el problema?

Que, dado que muchos de estos productos tienden a perder vitamina B6 al pasar por el fuego, no son pocos los farmacéuticos que advierten que «las pérdidas de vitaminas en los alimentos suelen ser acumulativas; por ello y para minimizarlas se recomienda consumir productos frescos, utilizar poca cantidad de agua en su preparación y reducir al máximo su cocimiento».

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