El riesgo de padecer dinapenia, pérdida de fuerza muscular a partir de los cincuenta años tiene lugar cuando no tenemos la cantidad suficiente de vitamina D.
Esta vitamina desempeña un papel importante en la regulación de la absorción del calcio y el fósforo por el organismo; ayuda a mantener en funcionamiento el cerebro y el sistema inmunitario. Los trastornos endocrinos como la deficiencia o insuficiencia de vitamina D pueden provocar una pérdida de densidad mineral ósea así como una reducción de la masa y fuerza en la función muscular.
«Se sabe que la vitamina D participa en diversas funciones del organismo. Entre sus muchas funciones está la de ayudar a reparar los músculos y liberar calcio para la cinética de contracción muscular. Por lo tanto, era de esperar que provocara alteraciones musculares de algún tipo. Eso es exactamente lo que ha demostrado nuestro estudio», ha explicado Tiago da Silva Alexandre.
Nuestro cuerpo sintetiza la vitamina D si grandes zonas de la piel están expuestas, por ejemplo la columna vertebral, por tanto, no es suficiente con tomar el sol en las manos.
Si tiene deficiencia de vitamina D debe ingerir alimentos ricos en la misma para regular el sistema de defensas del cuerpo, regular el metabolismo del calcio esencial para la salud de los huesos y ayudar en el control de la tensión arterial. Si se prolonga su carencia puede notarlo ostensiblemente.
Aún tomando el sol si todavía tiene carencia de vitamina D probablemente no tome una alimentación adecuada y/o tampoco la absorba.
Dos formas de vitamina D son importantes para la nutrición:
- Vitamina D2 (ergocalciferol): esta forma se sintetiza a partir de plantas y de precursores de levaduras, Y es la que se utiliza por regla general en los suplementos que contienen dosis muy altas.
- Vitamina D3 (colecalciferol): esta forma de la vitamina D es la más activa. Se forma en la piel cuando esta se expone a la luz solar directa. Las fuentes alimenticias más comunes son los alimentos enriquecidos, sobre todo los cereales y los productos lácteos. La vitamina D también está presente en los aceites de hígado de pescado, los pescados grasos, las yemas de huevo y el hígado.
- Esta vitamina se almacena principalmente en el hígado. Las vitamina D2 y D3 no están activas en el organismo, y deben ser procesadas (metabolizadas) por el hígado y por los riñones a una forma activa denominada vitamina D o calcitriol. Esta forma promueve la absorción del calcio y del fósforo en el intestino, que se incorporan a los huesos para hacerlos fuertes y densos (un proceso que se denomina mineralización). Por lo tanto, el calcitriol es necesario para la formación, el crecimiento y la reparación de los huesos.
En el tercer mundo es frecuente ver niños con raquitismo debido a la carencia de vitamina D. También sucede cuando se presenta la osteomalacia cuando el cuerpo no incorpora calcio y los huesos se debilitan. Si se tiene baja la vitamina D es normal tener niveles bajos de calcio en la sangre. Esta vitamina se absorbe mejor cuando se ingiere un poco de grasa porque es liposoluble.