Un obstinado afán de soledades,

una terca ansiedad de precipicio

me alejaron de ti secreta y gravemente.

Un frío desamparo es mi conquista.

Me exhibo en los palacios del absurdo

y me aplauden serviles las estatuas.

No he vuelto a ser feliz.

La mezquindad me ampara cada noche

y cada noche escucho,

en mi cama vacía,

la cruel respiración

del animal que habito.

José Luis Ferris

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí