El cheque de 200 euros otorgado por el Gobierno con el objetivo de ayudar a los españoles a sufragar la inflación, tiene una letra pequeña.
Letra pequeña. Dos palabras que seguramente le resulten familiares y que hacen referencia a todo aquello que, a simple vista no se menciona o no se ve. Algo muy habitual y de lo que ni el mismo Gobierno parece escaparse. ¿El motivo? La reciente y última iniciativa económica lanzada.
En este sentido, dicha decisión del Ejecutivo de crear «una ayuda, a solicitar de forma telemática del 15 de febrero hasta el 31 de marzo, que consiste en un pago único de 200 euros, para las personas físicas de bajo nivel de ingresos y patrimonio, que durante el 2022 hayan sido asalariados, autónomos, o beneficiarios de la prestación o subsidio por desempleo», tiene su miga.

Las personas cuyos ingresos oscilen entre los 22 y los 27.000 euros tendrán que «incluir la cantidad recibida en su declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) del próximo año. Y cuando los contribuyentes superen el mínimo exento, abonarán a Hacienda hasta 60 euros del total»
Pensionistas y receptores del IMV, excluidos de la ayuda del Gobierno
Además, y tal y como refleja el Boletín Oficial del Estado (BOE), «no tendrán derecho a la ayuda quienes, a 31 de diciembre de 2022, perciban el ingreso mínimo vital, o pensiones abonadas por el Régimen General y los Regímenes especiales de la Seguridad Social o por el Régimen de Clases Pasivas del Estado». Lo mismo ocurre con los pensionistas.
Según la ministra de Hacienda, en pocas horas la Agencia Tributaria registró más de 800.000 solicitudes para el cobro del cheque de 200 euros