El uso de la mascarilla ya no es obligatorio ni en exteriores ni en interiores, aunque las entidades de mayores piden más cuidado en las residencias.
El decreto real que dictamina el levantamiento de la obligación del uso de la mascarilla en zonas públicas de interior entró en vigor este mismo miércoles a nivel nacional, con su correspondiente publicación final en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Una normativa que AESTE, la Asociación Estatal de Servicios Residenciales de la Tercera Edad, confiesa «no entender», al menos para las personas mayores que viven en las residencias. Y que CEAPs, el Círculo Empresarial de Atención a Personas, ha rebatido con una petición a la aprobación de una cuarta dosis de refuerzo.
La importancia de blindar a las residencias con una protección anti-Covid mucho mayor
Y es que, en este sentido, las patronales de España especializadas en dependencia más bien abogaban por que la obligatoriedad del uso de la mascarilla en interiores se mantuviera más tiempo en las residencias, haciéndolo extensible tanto para los trabajadores y las visitas como para los propios residentes de los centros.
Las personas mayores que habitan en las residencias son precisamente, el colectivo que «más se debe proteger», en palabras de AESTE; razón por la cual la entidad no respalda la nueva medida tomada por el gobierno, la cual insta a eliminar la obligatoriedad de la mascarilla incluso para aquellos mayores que viven en residencias. De hecho, la asociación considera que habría sido más recomendable mantener el tapabocas en las residencias «un par de meses más», como mínimo, a fin de evaluar en ese periodo la repercusión de esta medida en el resto de la población.
«Precisamente a aquellos que más debemos proteger les decimos que no tienen que llevarla, cuando vamos a mantenerla para los trabajadores y las visitas», se extrañó Jesús Cubero, secretario general de AESTE.
Entre tanto, la incidencia de la Covid-19 en España ha vuelto a subir entre la población vulnerable; esta vez 70 puntos a raíz de la Semana Santa, según reflejan los datos actualizados del propio Ministerio de Sanidad.
«Es una medida que no entendemos y que desconocemos si habrá estado recomendada por algún grupo de expertos, pero seguro que no hubiera pasado nada por haber mantenido las mascarillas durante un par de meses más en las residencias», valoró el portavoz de la entidad en una entrevista.
A juicio de Cubero, «hoy se ha perdido una excelente oportunidad para facilitar la tarea de los profesionales que cuidan de las personas mayores»; un desperdicio que no hace más que «complicar lo que podría ser una buena noticia».
«Dentro de una residencia, la población más vulnerable son los mayores, y se dice que ellos podrán ir sin mascarilla por estar ‘en su casa’», declaró el secretario de AESTE, aludiendo claramente a las palabras de Carolina Darias, ministra de Sanidad, quien hizo una valoración similar durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que aprobó el Real Decreto por el que se ha eliminado en toda España la obligatoriedad de las mascarillas en interiores.
Citando a Darias, desde este miércoles la mascarilla ha dejado de ser imperativa para aquellas personas mayores que viven en residencias porque «se entiende que es la vivienda de estas personas»; solo los trabajadores y las visitas de las residencias deberán llevarla, únicamente cuando compartan espacios comunes, eso sí.
El parecer de Cubero y del resto de AESTE sostiene que «medidas de este tipo, tan solo crean confusión en la correcta utilización de la mascarilla». De hecho, el vocal de la entidad no duda en que «muchas personas mayores que viven en las residencias preferirán continuar llevando la mascarilla durante algún tiempo», zanjando que «las personas mayores son más sabias y prudentes que buena parte de nuestros representantes políticos», comentario lanzado desde su experiencia vital.
Apostando por una cuarta dosis que refuerce el organismo de los mayores frente al Covid-19
Por su parte, Cintia Pascual, presidenta de CEAPs, el Círculo Empresarial de Atención a Personas, ha incidido en enviar un mensaje de «seguridad» en este sentido, abogando por la aprobación de una cuarta dosis de la vacuna contra el Coronavirus, dirigido a las personas mayores que viven en las residencias.
El «no quitar las mascarillas» es lo normal, a juicio de Pascual, ya que «sigue habiendo peligro», más si se tiene en cuenta que la inmunidad de los mayores «dura muy poco».
Es por ello por lo que CEAPs ha optado por pedir que se refuerce el sistema inmunitario de los mayores que residen en estos asilos sociales, administrándoles una cuarta dosis.
«Después de tanto tiempo, y de ver que las residencias no pueden ir al mismo tiempo que las medidas de la ciudadanía en general», lamentó Pascual, es triste que «aún no haya nada que las diferencie a nivel de sobrecostes Covid, ya consolidados en la mayoría de residencias de España».