De la ansiedad a la esquizofrenia y pasando por la depresión. Hay muchos trastornos mentales para elegir, aunque todos comparten un mismo papel de riesgo mortal.
Entendidos como afecciones que impactan y modifican el modo de pensar y actuar con normalidad, alterando en el proceso tanto los sentimientos y el comportamiento como el estado de ánimo y la parte cognitiva de quien los sufre, los trastornos mentales ponen en jaque a la salud mental e incluso «multiplican la mortalidad» por otras enfermedades, según los datos de un reciente estudio.
Cuando la depresión y la esquizofrenia solo contribuyen a azuzar la letalidad de patologías como el cáncer
El trabajo científico en cuestión, publicado recientemente en La revista ‘World Psychiatry’, y realizado por un equipo de investigadores del King’s College London, en colaboración con el Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (Idibaps), determinó entre sus conclusiones que los trastornos mentales aumentan el riesgo de suscitar una peor evolución al juntarse con diversas enfermedades físicas, llegando incluso al punto de multiplicar la mortalidad.
En un comunicado emitido hace unos días con motivo de esta relación recién descubierta, los científicos involucrados en el ensayo aseguraron, más concretamente, que los trastornos del estado de ánimo representan un factor de riesgo para eventos adversos en las enfermedades cardiovasculares, sobre todo al tratarse de la depresión.
El ensayo, basado en un análisis de sensibilidad/subgrupos, muestra el grado y nivel del impacto de los trastornos mentales en los resultados clínicos de las enfermedades físicas, bosquejando así una revisión general que evalúa la fracción atribuible a la población, por un lado, así como la fracción de impacto generalizado, por otra parte, demostrando con sus datos que los trastornos mentales aumentan el riesgo de un resultado clínico deficiente en varias enfermedades físicas.
De esta forma y entrando en detalles, la depresión contribuye a aumentar el riesgo de mortalidad en los pacientes con diabetes hasta un 184 por ciento, haciendo otro tanto con las personas con insuficiencia cardíaca y los aquejados de insuficiencia renal, alcanzando un 44 y un 41 por ciento, respectivamente.
Hablamos de un trastorno mental que también aumenta un 52 por ciento el riesgo de eventos cardíacos mayores en los afectados de infarto de miocardio, según cálculos de los investigadores, así como un 111 por ciento en el riesgo de demencia en los casos con diabetes.
El mismo trabajo de estudio ratificó, por otra parte, que la esquizofrenia aumenta un 74 por ciento la mortalidad por cáncer, al menos entre aquellas personas que presentan algún tipo de tumor, haciendo lo propio y hasta en un 54 por ciento con el nivel de mortalidad entre los pacientes con enfermedades cardiovasculares.
¿Qué significan todos estos números?
Que reduciendo los casos de esquizofrenia se podrían evitar un 12 por ciento de las muertes en pacientes con enfermedades cardiovasculares, en opinión de los autores del ensayo. En una mirada más generalizada y con una actitud más preventiva, los investigadores consideraron que los trastornos mentales en general, y los trastornos por consumo de alcohol en particular, podrían actuar como reductores de la incidencia de resultados clínicos adversos en personas con enfermedades físicas, y lo mismo podría decirse de la esquizofrenia y de los trastornos depresivos.
«Estos hallazgos pueden informar la práctica clínica y los enfoques preventivos trans-especializados que abarcan la medicina psiquiátrica y somática», afirmaron los autores en el artículo divulgativo que difunde el compendio de sus esfuerzos de investigación. «Tanto las enfermedades físicas como los trastornos mentales contribuyen significativamente a la creciente carga de los sistemas de atención de la salud».
El abuso de alcohol y la demencia también son factores decisivos de la mortalidad de la diabetes
Cabe añadir, asimismo, que entre los trastornos mentales que se pusieron bajo análisis también destacó el trastorno por consumo de alcohol, la demencia en pacientes con diabetes mellitus, la cirrosis hepática descompensada en pacientes con hepatitis, y la relación entre la esquizofrenia y el cáncer.
A diferencia de otros trabajos anteriores, donde se abordó la evidencia empírica en una asociación bidireccional significativa entre los trastornos mentales y las enfermedades físicas, en el presente estudio se optó por poner bajo microscopio el impacto prospectivo de los trastornos mentales en los resultados clínicos de las enfermedades físicas; un vacío de investigación que hasta ahora no se había esbozado de forma exhaustiva.
«Los resultados secundarios fueron la incidencia específica de la enfermedad, el funcionamiento y/o la discapacidad, la gravedad de los síntomas, la calidad de vida, la recurrencia o la progresión, los eventos cardíacos importantes, y los resultados relacionados con el tratamiento».
Durante la realización del trabajo, el grupo de científicos aplicó criterios de inclusión adicionales a los estudios primarios, empleando en el proceso estadísticas y modelos de efectos aleatorios, así como prueba de efectos de estudios pequeños, intervalos de predicción, prueba de sesgo de significación excesiva y hasta una evaluación de riesgo de sesgo; hecho todo lo cual clasificaron todas las asociaciones en cinco clases de evidencia de credibilidad, de acuerdo con los criterios establecidos, primero, y complementados después con un análisis de sensibilidad y de subgrupos, a fin de examinar la solidez del análisis principal.
De esta manera, los investigadores pudieron determinar el grado de relación con la mortalidad específica de la enfermedad, sí, aunque también la mortalidad por todas las causas.