¿Truco o trato? ¡No, hambre! Estas recetas de Halloween tienen mucho truco, y guardan aún más misterio, si bien son muy fáciles de preparar. ¡Descúbralo!
Noche de brujas, noche de sustos. El 31 de octubre es el día más terrorífico y divertido del año. Y aunque el espanto y las muchas golosinas ingeridas tienden a quitar el apetito, estas recetas de Halloween hacen que llueva sangre, que corra la tinta del miedo, que el estómago ruja… ¡y que el hambre hinque los dientes, al más estilo vampiro! ¿El único precio a pagar? Hacer migas con la innovación y la originalidad.
Y es que estas recetas de Halloween son perfectas para el clásico «truco o trato», al ser manjares creativos y divertidos que conquistan a los mayores y encandilan a los más pequeños y que, por descontado, honran una noche tan única. ¿Prepárese para cocinar el terror más dulce!

Pastel de calabaza
Símbolo por excelencia de esta festividad terrorífica, la calabaza es un ingrediente que sabe a protagonismo y diversión, tradición y entretenimiento, por lo que incluir este postre en el menú del 31 de octubre y presentarlo incluso como merienda es una de las cosas más ideales que niños y mayores sabrán apreciar. Ahora bien, ¿cómo se prepara?
Bastará con hacerse con maizena o fécula de maíz para empezar a elaborarlo, haciendo acopio también de harina de arroz y huevos, azúcar y esencia de vainilla, chocolate blanco y levadura en polvo, nata para postres y Fondant de naranja.
Lo primero es mezclar los huevos con el azúcar y batirlos hasta que conformen una masa ligera y espumosa. A esa masa hay que añadirle después tanto la maicena como la harina de arroz y la esencia de vainilla, asegurándose de mezclar todo y bien para que quede libre de grumos.
Lo siguiente es verter la mixtura en un molde forrado con papel de horno, y hornearlo durante 35 minutos a 170°C, momento en el que se deberá retirar del horno y dejarlo enfriar. Y mientras esto ocurre, se debe preparar la mousse, troceando para ello unas galletas oreo; ¿de qué manera?
Montando la nata, primero, reservando un poco del líquido, después, y añadiendo el chocolate fundido bien enfriado y las galletas troceadas, por último, para al final mezclar todo con suavidad. Luego hay que dividir el bizcocho en 2 discos iguales, rellenarlo con la mousse recién preparada, taparlo con la segunda mitad o el otro disco, y glasear toda la pieza con nata montada. ¿Qué viene a continuación?
Extender una pasta de azúcar naranja por toda la superficie del bizcocho, para después trazarle ligeros cortes con un cuchillo, dibujando en el proceso la forma de una calabaza. El fondant negro, en este caso, sirve para darle una cara al propio bizcocho, ahora ya vuelto calabaza, formando unos ojos y una nariz y una boca que después se deberán aplicar y pegar al postre con la ayuda de una brocha.
Galletas caseras
Murciélagos o arañas, calaveras o culebras, calabazas y fantasmas, gatos negros o colmillos… la masa de las galletas tiene una ventaja, y es que es muy moldeable.
Hechas de azúcar y huevo, mantequilla ambiente y harina de repostería, a esta receta se le puede dar la forma espeluznante que uno quiera, sin que por ello el resultado sea menos delicioso… al contrario. Se trata de galletas que tardan unos 12 minutos en hacerse al horno, dejando un aroma delicioso por toda la cocina, y que pueden ir decoradas de coco rallado o canela en polvo, de mermelada o clara de huevo, de chocolate blanco o negro… lo que uno prefiera.
El truco está en darle un toque halloweedense, barnizando de clara de huevo y coco rallado para que se conviertan en fantasmas, por ejemplo, poniéndole dos ojos negros con dos gotas de chocolate; o pintándole gatos negros a la masa, con la ayuda de una manga pastelera sumergida previamente en chocolate negro.

Momias de salchichas y hojaldre
Este es un entrante sencillo, rápido de preparar y aún más rápido de desaparecer, panza adentro. Puede ir acompañado de salsas en las que mojar para que tenga un buen bocado, pero estas momias, en esencia, están hechas de diversión y sencillez.
Deliciosas y terroríficas al mismo tiempo, su receta la pueden seguir niños y adultos por igual, y es que solo hacen falta huevos, salchichas (ya sean de carne o vegetarianas), una lámina de hojaldre, mostaza y/o kétchup.
Lo primero que hay que hacer para empezar a elaborar estas momias comestibles es extender la lámina de hojaldre por una superficie plana, ya sea la encimera o una tabla de cortar, para a continuación trocearla en tiras con un cuchillo.
Después hay que coger una salchicha y una tira de masa, enrollar la segunda en torno a la primera; empezando por un extremo, dejando un espacio de salchicha sin hojaldre, para al final continuar por la otra punta.
El siguiente paso consiste en colocar la salchicha forrada de masa en un papel de horno o en el mismo papel de la lámina de hojaldre, barnizarlas con huevo batido, y a continuación meterlas en el horno (previamente precalentado, por supuesto) a una temperatura de 180 grados.
Se sacan cuando están doradas; y solo entonces se les hace figuritas con un palillo, abriéndoles ojos en diagonal, incisiones que hagan de boca, pintándolos de mostaza o mayonesa o kétchup para que adquieran ese toque terrorífico.
Huesos de esqueleto
Este curioso postre, de nombre aún más particular, tiene un preparado tan sencillo que solo toma unos pocos minutos terminarlo, partiendo de la base de palillos salados y nubes pequeñas como sus ingredientes principales, junto al chocolate blanco para fundir.
Se comienza colocando los palitos salados en una hoja de papel vegetal, coronando después uno de sus extremos con un pequeño trozo de nube. Luego hay que derretir el chocolate blanco (que puede hacerse a un minuto en el microondas) y, una vez listo, recubrir el palillo salado con su nube correspondiente con el chocolate, hasta que al final quede todo blanco.
Por último, se los deja reposar a temperatura ambiente, aunque incluso se les puede poner un rato en la nevera para que enfríen más rápidamente. Solo cuando el chocolate se haya endurecido se puede empezar a servir y a comer.
Dedos de bruja
Dan miedo… pero solo a simple vista, porque están muy ricos. Su masa, muy parecida a la de las galletas, se confecciona con mantequilla, harina y azúcar. ¿El toque original que lo convierte en la extremidad de una bruja? El trozo de almendra que se le pone en un extremo, dándole así la apariencia de una uña.
Cóctel sin alcohol
En la noche de brujas también se suele brindar, aunque con sangre y sesos y una mano terrorífica flotando en la bebida. ¿Cómo se consigue este efecto?
Existen cócteles de todo tipo; pero el ingrediente estrella que no puede faltar en ninguno de ellos es el hielo, el hielo con forma de mano hinchada. Para ello solo será necesario llenar un guante de látex con agua unas horas antes de ponerse a preparar el cóctel en sí, cerrándolo con un fuerte nudo y metiéndolo en el congelador hasta que se haga hielo.
El truco aquí, por supuesto, está en agregar al cóctel preparado esta estructura de hielo con forma de mano, pero ya despojada del guante, dejarlo caer en el bol en el que se va a servir el cóctel, terminando la decoración de la presentación con unas cuantas pajitas temáticas a su alrededor.